¿Es mejor llevarse los detalles o incluirlos en la propiedad?

Tips para embalar los objetos más comunes para tu mudanza

Al momento de vender una propiedad que habitaste durante muchos años, donde quizá creciste o viviste increíbles momentos, es muy probable sentir cierto apego emocional que te impulse a querer conservar muchas de sus partes y detalles. Quizá, en cambio, prefieras venderlas o restaurarlas debido a su posible valor económico, o simplemente tengas un muy mal criterio para decidir qué cosas debes llevarte y que otras debes dejar ir.

Si esta decisión se te hace cuesta arriba, es importante que no pongas en venta la propiedad hasta tener seguridad plena, pues lo más pertinente es entregarla con todas las características que fueron presentadas al comprador al momento de la negociación. Podría ser bastante desagradable retirar algún bien mobil que haya sido considerado por el comprador como accesorio de la vivienda, y que además haya influido en su percepción sobre el valor final que este pagó por la propiedad.

Comúnmente los bienes que generan estas duda suelen ser detalles finos y antiguos que el propietario quiere seguir conservando, y en este caso lo mejor es considerar el costo de su remoción, restauración (en caso de ser necesaria) mudanza y reinstalación. En cambio, si desean ser vendidos, es necesario tomar en cuenta si el gasto de la remoción y restauración vale la pena en cuanto a la ganancia final que se obtendrá tras la venta.

Siempre que el aspecto emocional no se relacione a estos detalles de la propiedad, la idea más sensata es buscar la alternativa más rentable. En algunas ocasiones remover y restaurar estas puertas personalizadas y accesorios de antaño puede triplicar su valor, haciendo de su inclusión en el contrato de la propiedad una completa locura.

Tomando en cuenta ambas opciones, la mejor idea es restaurar estos accesorios como parte de la propiedad e incluirlos entre sus características de negociación, aumentando el valor de ambos bienes en una misma compra.