Todos los tipos de cargas de propiedad suponen un problema a la hora de la compra de una propiedad o para los movimientos financieros del próximo dueño. Sin embargo, conocer el estado de una propiedad y acceder a las posibles cargas que esté presente es muy sencillo, solo es necesario acercarse al registro de dicha propiedad y solicitar una nota simple, que es sumamente económica y de dominio público.
Al momento de leer la nota podrás confirmar si la propiedad de tu interés cuenta con una o varias cargas. si esto resulta ser cierto, de seguro encontrarás algunos nombres o títulos conocidos y otros que quizá jamás hayas escuchado. Es por eso de suma importancia que antes de investigar las cargas de un inmueble conozcas los tipos que podrás encontrar.
Cargas hipotecarias: en este caso la vivienda fue adquirida por el actual propietario a través de un préstamo bancario que aún no es saldado, y que deberá ser cancelado por el vendedor antes de tramitar la compra.
Embargos: en cambio, esta se presenta si la garantía de pago de alguna deuda son los bienes (incluyendo el inmueble) del vendedor, y de no ser cancelada, atarían además al futuro propietario.
Usufructos: estas otorgan derechos del inmueble a terceros, como inquilinos a los que de deberá cumplir su contrato aunque la vivienda pertenezca a un nuevo propietario, y limitaciones de vivienda.
Concurso de Acreedores: esta situación limita a los propietarios la gestión de sus bienes, por lo que un negocio de compra-venta podría no estar contemplado por la ley, causando problemas judiciales y financieros a futuro.
Estar interesado en adquirir un vivienda con cargas de propiedad no tiene que tornarse una cuestión problemática. Investigar, dialogar con el propietario y tener el conocimiento sobre cada tipo de carga y cómo te pueden afectar posteriormente, puede ser la clave para encontrar una solución que te permita comprar la vivienda.